Metro de vino
Algunos ya conoceréis los “metros”. Se tratan de una especie de tubos transparentes que miden 1 metro (aunque también los hay de mayores longitudes) y que permite a grupos de usuarios llenar sus propios vasos, en su mesa o en la barra, regulando la cantidad de bebida deseada gracias a un grifo situado en la parte inferior.
Están construidos con Policarbonato, que hace que se mantenga la temperatura de la bebida, y se pueden servir casi todo tipo de bebidas.
Se prepara de la siguiente manera:
Antes de llenar el dispensador con la bebida, se enfría el tubo enjuagando con agua fría.
Una vez lleno el dispensador, Se sitúa el tubo en la base transportable y, con esto, queda listo para ser usado.
La limpieza del tubo se realiza como con cualquier otro utensilio de cocina.
Con respecto al mantenimiento del dispensador, todas las piezas que lo componen son desmontables. En caso de rotura o deterioro, cada componente puede ser adquirido individualmente como repuesto.
Ahora bien, centrándonos en el caso de estudio acerca de los “cuidados” lo importante es entender la trascendencia del objeto.
No se trata de algo disparatado:
Su diseño provoca gran impacto visual, permite el autoservicio y es divertido de usar, y no solo eso: el hecho de que todos los usuarios dependan de un solo artilugio para obtener su bebida fomenta las interrelaciones personales y ayuda a potenciar valores como el de ayudar o compartir.
Puede generar incluso tema de conversación ya que no se trata de algo usual, incluso puede dar pie a críticas graciosas en cuanto a las habilidades de los usuarios que dispensen la bebida.
En los locales que disponen de “metros”, estos llegan a componer una pieza fundamental en cuanto a relaciones sociales. Se convierten en su principal fuente de ingresos y crean por sí solas, la publicidad que dota de identidad al local.
Por último, en términos de negocio incrementa el volumen de ventas de bebida y reduce la necesidad de personal, particularmente en aquellos locales donde se consume bebida de barril.
Actualmente los podemos encontrar solo en establecimientos específicos, pero da margen a pensar en nuevas alternativas relacionadas con la cuidadanía, con mejorar la calidad de vida y los cuidados. Por ejemplo, ¿y si el espacio de disponibilidad no estuviera reducido a estos establecimientos? ¿Podríamos pensar en nuevas alternativas de carácter público y a mayor escala en lugares que supusieran una mejora para el ciudadano?
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